Aprendí a correr temprano
a saltar los charcos y las palabras
los cánticos asustados de los suicidas
las esperanzas quietas de los santos
que tanto agradan a los gentiles
y menos sabios
aprendí a ver más allá de los cuerpos
a pelear con la risa fácil y los rostros
que de a poco asaltaban mis cuarteles
y renegué apresuradamente
el simplismo del amor concertado
esa excusa que sabemos llena
de versos traidores
y besos
aprendí que si acaricio
y penetro y digo
y miro y juro y prometo
y suspiro
seré esclavo de la sombra y el invierno
que vendrán en trenes lentos
pero seguros
a llevarme a canciones cantadas
mil años atrás por los mortales
enamorados del amor
aprendí a correr a disparar
a guerrear esta guerra genocida
un exterminio necesario que no renuncia
a dibujarme la noticia
que conozco de memoria
no estoy por la labor
de amarte
ni de perder el tiempo
imaginándote
y ya ves
qué pérdida de tiempo